El caso guarda mucha semejanza al de Taringa. Cuevana no aloja las películas y series que ofrece (no hay reproducción propiamente), sino que meramente redirecciona a cyberlockers como Megaupload; basta descargar el plugin de Cuevana para ver el contenido en streaming. De seguir el antecedente de Taringa asignando responsabilidad a quien publica enlaces al material pirata, se avecina una terrible pelea para Cuevana que quizá culmine con su cierre.

Así mismo se renueva la pelea sobre la ley 11723, de casi noventa años de antigüedad y obsoleta en ojos de muchos. Julio Raffo, quien hace parte del movimiento Proyecto Sur, está cocinando un proyecto de ley que modifique la ley de derecho de autor en su país que permita la difusión gratuita de contenidos protegidos con fines culturales.


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